– La histórica Copa Castro, que une a estas dos localidades del Cantábrico, se celebra este fin de semana con cerca de 30 barcos que navegan en una de las pruebas relevantes de la temporada de vela en el norte
En esta parte final del segundo verano todavía extraño por la pandemia vuelve la histórica y clásica Copa Castro, la regata que enlaza la localidad vizcaína de Getxo con la cántabra de Castro Urdiales. Llega este fin de semana del 18 y 19 de septiembre y cumple ya ni más ni menos que 114 años con alrededor de 30 veleros participantes, que navegarán en dos jornadas en una de las competiciones con más solera de esta modalidad de la vela en el mar Cantábrico. Los barcos más destacados de las flotas vizcaína y cántabra se presentan en la salida de una regata en la que las embarcaciones y tripulaciones se distribuyen entre las clases Regata, Crucero y J80. Todas ellas, en busca de la preciosa y famosa Copa Castro en un campeonato que se creó en un lejano 1907 y cuyo trofeo es uno de los más anhelados por cada regatista en este tramo final del calendario de 2021, adaptado también como el anterior por la pandemia. Ya están inscritos para esta edición el ‘Symphony’, ‘Alpega’, ‘Impredigital’, ‘Aizen’, ‘Ramper’, ‘Geronimos’ ‘Kenex V’. ‘Kohen’, ‘Katxoka’, ‘Modark’, ‘Katxarro’, ‘Boracay’, ‘Thelonius, ‘Kosamui’, ‘Vissi’ o ‘Marrajo’.
La primera de las dos regatas puntuables es un recorrido en línea entre Getxo y Castro (de 16 a 18 millas el sábado 18 de septiembre). Mientras, la segunda y definitiva, la del domingo día 19, es ya una regata técnica con un triángulo olímpico en las aguas de Castro Urdiales de cerca de 12 millas. El horario previsto de salida de ambas pruebas es a las 13.00 horas. Las clasificaciones de las dos jornadas decidirán al ganador absoluto y a los vencedores de las distintas clases en esta prueba con tanta historia. El ‘Yamamay’ cántabro es el que más veces ha conseguido el triunfo tras haber vencido en catorce ocasiones. Esta Copa Castro está organizada por el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club y por el Real Club Náutico de Castro Urdiales, bajo los auspicios de la Real Federación Española de Vela y con la colaboración del Grupo Iberalia.
La Copa Castro está siempre expuesta en el Club ganador de cada última edición: el Real Club Náutico de Castro Urdiales si el vencedor es un barco cántabro; o en el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club si el que se impone es un barco vasco. Este año el bello trofeo ha presidido el club cántabro tras la victoria del ‘Yamamay’ de Javier Gallo en la pasada edición de 2020. La Copa Castro se decidió con dos barlovento-sotavento en la clase A-B con vientos del noroeste tras los que se impusieron en las distintas divisiones el citado ‘Yamamay’ en la Clase A (primero en la general absoluta con tres primeros puestos), el ‘Aizen’ de Gustavo Arce en la clase B, el ‘Kohen’ de Juan Carlos Estefanía en la C, el ‘Aldabra III’ de Rafael Aranguren en la clase sin certificado, el ‘New Territories’ de Rafael Prada entre los monotipos J80 y el ‘Kosamui’ de Rainer Miller en la clase First Class.
La Copa Castro es un caso único en la vela española, ya que se trata de un trofeo donado por todo un pueblo -Castro Urdiales- y adquirido por suscripción popular entre sus vecinos. Está realizado en plata maciza y no ha quedado constancia del precio pagado a principios del siglo pasado, aunque la belleza de sus formas ha sido destacada a lo largo de los años por todos aquellos que la han podido conquistar.
La desaparición del trofeo, en 1973, durante el incendio de la sede del Real Club Marítimo del Abra, pareció marcar el definitivo final de esta regata que ha superado con creces el centenario. Pero la iniciativa de algunos responsables del Real Club Náutico de Castro Urdiales y del R.C.M.A.-R.S.C. permitió recuperarla. Primero fue la regata, que volvió a disputarse a principios de la década de los años noventa. Después, fue el propio trofeo, del que en 1999 se realizó una réplica idéntica a la donada por el pueblo de Castro en 1908. En esta nueva época de la Copa Castro, el trofeo no puede ser ganado en propiedad.
La Copa Castro fue creada por el Real Sporting Club en 1907 con un recorrido que discurrió entre los puertos de Getxo y Castro Urdiales. La primera edición fue convocada para el 4 de septiembre de ese mismo año, aunque hubo que suspenderla por imposición de la Comandancia de Marina debido a un aviso de temporal. La regata se disputó finalmente unos días más tarde, sin que quedara constancia para la posteridad el nombre del primer ganador.
Esta primera edición es anterior a la creación de la Copa, que fue donada un año más tarde por el pueblo de Castro. Su coste se sufragó por suscripción popular. Según relata Juan Manuel Zubiría en su gran libro del Real Sporting Club: “Es un pedazo de plata impresionante, un trofeo muy de la época”. El trofeo representa a un marinero sosteniendo una boya en lo alto.
La importancia de la regata en sus primeros años quedó reflejada con la participación de honor que tuvo en su segunda edición disputada en 1908. La Familia Real, con Alfonso XIII a la cabeza, tomó parte en la misma -no fue su última presencia en esta regata-, y tuvo una cariñosa recepción en el pueblo de Castro. Como muestra de ello, el Príncipe de Asturias y el Infante Don Jaime fueron nombrados ese año Socios de Honor. La primera edición en la que hay constancia del ganador fue en 1909. Se impuso el velero ‘Slec’, del Real Club de Regatas de Santander, propiedad del Marqués de Comillas.
Con tantos años de historia, la Copa Castro acumula innumerables vicisitudes y suspensiones. Entre estas últimas se encuentran las lógicas impuestas por las distintas guerras, aunque destacan las obligadas por las sucesivas desapariciones que ha padecido el trofeo. La primera llegó a raíz de la Guerra Civil. Tras la contienda, los responsables del Club dieron por perdida la Copa, que desapareció del lugar donde había sido guardada. Tan misteriosamente como desapareció, volvió a aparecer en los años sesenta durante una limpieza rutinaria de las bodegas del Sporting Club. El preciado trofeo desapareció nuevamente en 1973 durante el incendio del Real Club Marítimo del Abra y aún sigue en paradero desconocido. Debido a ello, la que se otorga en la actualidad es una réplica de aquella, donada otra vez por el pueblo de Castro Urdiales representado por su Ayuntamiento.