Tras una larga espera en tierra viendo pasar las horas y las millas que le faltaban al “Wild Rose” para superar su tiempo en compensado, Darryl Hodgkinson y su tripulación del Cokson 50 “Victorie” pudieron finalmente celebrar su victoria en la general en esta edición de la Rolex Sydney Hobart. Para ellos la Tattersall’s Cup y el magnífico Rolex de edición limitada al ganador de la Sydney Hobart.
El armador, cirujano plástico australiano, celebraba así su 65 aniversario con un estupendo regalo. “Sabíamos que teníamos un barco ganador –explicaba Hodgkinson a la llegada-. Prefiero comprar barcos ya construidos y con valores probados (“Victoire” es el antiguo “Jazz”) que entrar en aventuras de nuevos diseños. Éramos el barco más “barato” de nuestro grupo IRC, donde compites con protos que cuestan más de 5 M$. Para los estándares de la alta competición oceánica, el presupuesto de Hodgkinson y su tripulación etá entre los más modestos y puede considerarse amateur.
El rival al que más marcamos durante toda la regata era el casco negro del Varuna (ndlr: Ker 51 alemán con Gullermo Altadill de navegante). Estanco cerca de él sabíamos que íbamos bien en la clasificación. Al final apenas les sacamos 3 minutos en compensado.
Las últimas 100 millas fueron duras. Bajábamos lanzados con el espinaquer a más de 20 nudos y sabíamos que teníamos que trasluchar. Nunca lo habíamos hecho con tanto viento. Estuvimos dos o tres horas meditando la maniobra y hasta que una ola tomó la decisión por nosotros y nos llevó el barco de trasluchada involuntaria –bromeaba Hodgkinson-. Suerte que abordo iba gente que sabía lo que se había de hacer: apretar el interruptor de la quilla basculante para que pasara al otro lado y adrizara el barco. Afortunadamente nada se rompió”.
Tras el Victorie”, el podio de la general IRC de esta Sydney Hobart lo completaban el “Veloce” (elliot 44CR) de Phil Simpfendorfer, el Celestial (Rogers 46) de Sam Haynes, con el Varuna (Ker 51) en cuarta posición. Tras 628 millas de regata, menos de 5 minutos separaban a los seis primeros en la clasificación general en tiempo compensado, lo que certifica la alta competitividad de esta regata.
Gulliermo Altadill comentaba al llegar que la Sydney Hobart es más dura que muchas regatas oceánicas más largas. Las condiciones de viento suelen ser duras, la regata es relativamente larga, pero no se establecen turnos de guardia y descanso. Toda la tripulación está permanentemente disponible en cubierta en un sprint de 600 millas. Agotador.