Los patrones fueron recibidos en el podio por distintas autoridades del Ayuntamiento de Barcelona y del patrocinador Pharmaton. Tampoco faltó la cordial bienvenida y felicitación de Jesús Turró, presidente de la Real Asociación Nacional de Cruceros.
Muchos aficionados esperaban al One Planet, One Ocean & Pharmaton en su llegada a Barcelona como cuartos clasificados en la BWR. Sus compañeros de regata Jean Le Cam, Anna Corbella, Gerard Marín y Pepe Ribes les cogieron las amarras al llegar y Aleix Gelabert (Blanes, 1977) y Didac Costa (Barcelona, 1980) estaban emocionados en su llegada “Gracias por haber venido. Este es un momento fantástico”, aseguraba Gelabert en el pantalán. “Espero que os lo hayáis pasado bien siguiéndonos, nosotros sí que nos lo hemos pasado bien navegando”, ha declarado sonriente Costa.
«Estamos muy contentos de haber llegado, satisfechos de haberlo conseguido y muy emocionados», explicaba Aleix Gelabert, a lo que Didac Costa añadió: «Hemos conseguido lo que nos habíamos propuesto: acabar la vuelta al mundo. Además, lo hemos hecho bastante rápido así que estamos muy satisfechos. Hemos disfrutado mucho durante toda la regata, ha sido fantástico».
En su primera vuelta al mundo, los dos patrones han explicado que no han tenido ninguna avería grave y que en general han tenido buenas condiciones, pero aún así el rendimiento del barco les ha sorprendido. “Al inicio, hablábamos de hacer la regata en 100 días y al final han sido 98. Nos hemos aproximado bastante, no está mal. La verdad es que de comida ya íbamos justos», comentaba Gelabert.
La lucha con el We Are Water
Como momentos más emocionantes, Costa señalaba “los pasos importantes como Hornos, el Gran Sur, cuando empiezas a ir rápido, las 400 y pico millas en 24 horas, el Mediterráneo y la llegada”, mientras que Gelabert se queda con “el match race con el We Are Water”.
La lucha entre el OPOOP y el WAW ha sido la más larga y reñida de la regata. Gelabert reconocía que: “Hemos estado muchos días luchando con el We Are Water. Al principio los íbamos atrapando y poco a poco vas creyendo que les puedes pasar. Cuando les adelantamos siempre pensamos que nos volverían a atrapar. Nos ayudó mucho nuestra estrategia en los doldrums. Allí les sacamos ventaja, que nos fueron recortando poco a poco y siempre decíamos ‘ay, ay, ay, que nos atrapan’. En el estrecho estábamos a 60 millas y pensábamos: ‘Todavía nos darán un susto’. Así que hemos estado mirando las clasificaciones cada cuatro horas hasta el final”.
En efecto, la disputa del cuarto puesto ha sido siempre de guante blanco. “Quiero destacar la gran regata que han hecho Bruno y Willy Garcia –explicaba Gelabert- . La empezaron a preparar vun mes antes de la salida y están aquí, a punto de llegar sin parar. Tienen muchísimo mérito”.
Primeras experiencias
Sobre su experiencia en el Gran Sur, Costa destacaba “Allí disfrutas porque vas rápido, pero también es duro, se pasa mal por el frío y la humedad”. La primera vuelta al mundo puede ser un punto de inflexión en la vida de un regatista, pero los patrones del OPOOP. “Ya nos lo dirán con las semanas”, apostillaba Gelabert . “Mentalmente, no lo sé, pero sí que estamos un poco más delgados, eso sí”. Costa reconocía que: “Nos hemos quedado un poco cortos de comida. Cuando estábamos encalmados o estresados con el We Are Water necesitábamos comer más para que pasara más rápido”. “Llevábamos comida para cien días, pero hay días en que te apetece comer más de lo que toca. Además hemos tenido un ritmo alto de maniobras con el consiguiente desgaste físico. ¡Al final, hasta nos puede haber ido bien para la operación bikini!”, bromeaba Gelabert.
Barco fiable
El rendimiento del OPOOP ha ido de menos a más, como apuntaba Costa: “Al principio fuimos más lentos que durante la segunda mitad. Poco a poco, fuimos cogiendo confianza y el barco ha respondido muy bien. Para una primera experiencia ha ido bien ir con este barco tan probado. Quizá con un barco más rápido o más potente no hubiese sido tan seguro”.
En una regata oceánica, no todo es ganar, y todos los proyectos tienen cabida, añadía Costa: “Con un barco viejo también se puede hacer un buen papel. Llegar el cuarto o el último también tiene mérito. Te presentas a la Vendée Globe con un barco viejo y también puedes hacer un buen papel. Con un barco nuevo quizás tienes más presión de estar delante. Me agrada la idea de coger un proyecto sencillo y hacer un buen papel, igual que coger un proyecto grande.”
Gelabert era más tajante: “Yo prefiero estar delante y con un barco rápido, pero está claro que esta experiencia nos ha servido mucho para aprender. Si nos hubiesen dejado el Hugo Boss o el Cheminées Poujoulat, a lo mejor hasta nos hubiésemos hecho daño”.
Para Costa, esta experiencia les ha permitido crecer como navegantes: “Tienes más previsión de las cosas. El barco lo llevábamos mucho mejor al final: los cambios de velas, la estrategia, cómo nos situábamos respecto a los otros barcos… En cuanto a la meteorología, nunca habíamos navegado con tanta información meteorológica. Sobre todo ha sido muy provechosa la parte de la regata en que hemos navegado juntos con el We Are Water. También vas aprendiendo a cuidar el barco, repararlo, mantenerlo…”.
Ambos coinciden en que no cambiarían nada de su preparación. “Siempre habíamos pensado que nos habíamos quedado cortos de preparación, pero visto el resultado, quizá mejor no cambiar nada”, ha dicho Gelabert. “Eso sí, cuanto más navegues antes de una regata, mejor”, concluía Costa.
Intensidad y energía
Costa tuvo palabras de elogio para su compañero al ser preguntado por su relación: “Admiro la intensidad que tiene. Tiene muy claro su objetivo y es muy voluntarioso, no se distrae y va a por ello. Es muy positivo”. Sobre alguna faceta negativa en la convivencia, Gelabert explicó entre risas: “Aquí no se puede decir”. El de Blanes destacaba de Costa su “energía incansable e inacabable”. “No sé de dónde la saca”, ha confesado, “comíamos lo mismo, y él no paraba en ningún momento de hacer correr el barco, mirar la meteo, hacer maniobras…”.
Los dos skippers repetirían la experiencia “sin ninguna duda”, en palabras de Gelabert. Preguntado por si tenía el permiso de su mujer, la doble medallista olímpica Natalia Vía-Dufresne, para hacer otra BWR, ha respondido sin dudar: “Tal vez la haga con ella”. Costa ha ido más allá: “El trabajo de bombero me gusta, pero esto me gusta más. Y la vuelta al mundo en solitario es la modalidad que más me atrae”.
Pero antes de pensar en próximos retos, Aleix Gelabert y Didac Costa se han ganado “ducharse, cambiarse de ropa, oler a limpio y cenar”. Éstos son los deseos que expresaba el gerundense, mientras que el joven barcelonés añadía: “A mí me apetece tomarme una horchata”.