Barcelona World Race: Anna Corbella y Gerard Marín (GAES Centros Auditivos) completan el podio

El presidente de la RANC, Jesús Turró, entregó en el podio a Anna Corbella y a Gerard Marín la bola del mundo y la corona de laurel que les acredita como terceros clasificados en la Barcelona World Race.

La llegada a casa del GAES Centros Auditivos, con el anagrama de la RANC en su popa y tras 91:05:09 días de regata, fue especialmente emotiva. Familiares, amigos y centenares de seguidores estallaron en aplausos y vítores cuando el IMOCA 60 apareció frente a la estatua de Colón. En la proa, el dúo catalán encendió las bengalas y sonreía, felices y emocionados.

Bernard Stamm, Guillermo Altadill y José Muñoz también dieron la bienvenida a los terceros clasificados de la Barcelona World Race, conscientes de los sentimientos que experimentaban. Marín sólo tenía ganas de bajar del barco para coger en brazos a Janna, su hija de siete meses.

En el podio les esperaban el adjunto a la presidencia del Port de Barcelona, Joan Colldecarrera; la gerente del Institut Barcelona Esports, Iolanda Latorre y el presidente de la Real Asociación Nacional de Cruceros, Jesús Turró, quienes les hicieron entrega de las preceptivas bolas del mundo y las coronas de laurel, conjuntamente con Antonio Gassó y Conchita Gassó, de la firma GAES Centros Auditivos.

En la rueda de prensa, Gerard Marín explicaba estar “muy contento” con el resultado y la experiencia, “salvo por algunos errores”. Especialmente cuando “perdimos el ritmo en el cabo de Buena Esperanza. Decidimos cruzar el frente y allí perdimos de dos a tres días, y después nos paró un anticiclón sólo a nosotros. Luego la parada técnica del Neutrogena nos dio vidilla, pero sabíamos que Guillermo apretaría”.

“Nosotros no podíamos apretar mucho y teníamos unas velas tocadas –añadía Corbella-, y tuvimos la mala suerte de que entró el viento para esas velas. Pero la verdad es que el Neutrogena nos ha ayudado a ir rápidos, con el parte de posiciones teníamos siempre la emoción de ver dónde estaban Guillermo y José”.

En comparación con su primera vuelta al mundo, Marín ha destacado que esta circunnavegación ha sido más fácil especialmente por la compañía: “Con Anna hay mucho feeling, aunque ha habido discusiones porque estás cansado y es normal a veces saltar”.

Corbella, por su parte, ha señalado que “el saber dónde vas y lo que va a pasar marca una diferencia brutal” y ha explicado que si en su primera vuelta al mundo le sorprendieron las condiciones y el ambiente del Gran Sur, en esta ocasión han sido los problemas técnicos, “que desgastan mucho físicamente porque los solucionas cuando estarías descansando”.

También para Gerard Marín esta vuelta al mundo ha sido dura por la cantidad de reparaciones que han tenido que hacer: “Hemos tenido muchos problemas, pequeños y solucionables, pero muchos: velas, enrolladores, cabos… Cada día teníamos cositas. Esto viene con el ritmo de regata”.

Corbella habló de la lesión en su rodilla: “Remontando el Atlántico de ceñida, el barco botaba mucho y cometí la estupidez de hacer una cosa sin aguantarme con una mano. E un pantocazo más fuerte de lo habitual salté y caí a unos metros con la pierna mal. Los primeros días fui un cero a la izquierda, me sentaba y le gritaba a Gerard ‘Venga, venga, ¡muy bien!’ Es difícil hacer reposo con ese mar cruzado y el viento de cara, en el Mediterráneo ya no teníamos ola pero sí más maniobras de cambios de velas, así que Gerard ha demostrado que está capacitado para hacer una Vendée Globe”.  “Sería el siguiente paso –admitía Gerard- pero sé que es complicado. Eso sí, si pasa el tren lo voy a coger”

Sobre el hecho de ser una de las pocas mujeres que ha dado dos vueltas al mundo sin escalas en regata (sólo lo han conseguido Ellen MacArthur y Dee Caffari), la barcelonesa fue muy sincera: “Me dice poco, porque siento que mi mérito es el mismo que el de Gerard o el de José [Muñoz, presente en la primera fila]. Mi mérito es el mismo que el de cualquier hombre de la regata”.

A preguntas de los periodistas, los tripulantes del GAES también hablaron de su relación.  “Lo mejor de Gerard –explicaba Anna- es que lo da todo, va siempre al 100%. Cuando había que reparar algo, se volcaba. No es nada perezoso y tiene mucha energía. Lo malo de él . . . lo dejaré dentro del barco”.

El navegante gerundense, por su parte, valoró de su compañera “la serenidad que aporta” en muchas situaciones: “Yo soy más impulsivo, me pierden las ganas de avanzar. A veces, parar un momento y reflexionar es importante, sobre todo en una regata en que la prisa no tiene sentido”.  4 bwr 2abr gaes

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Viernes, 3 abril 2015
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